Problema: se ha caído líquido encima de mi portátil
Es cada vez más habitual encontrar gente navegando por Internet en un bar, una terraza, mientras toman un refresco. Y es también cada vez más habitual que se derrame el refresco encima del ordenador portátil, lo que acarreará problemas en su funcionamiento.
Cuando esto sucede, lo primero que hay que hacer es apagar rápidamente el equipo y no usarlo en unos cuantos días. Desmontar la batería y una vez limpia guardarla separada del equipo portátil y de la humedad. Y si ya estaba apagado, lo mejor es no encenderlo. Lo ideal es esperar tiempo a que se seque correctamente, pero lo mejor es dejar el equipo abierto para que se vaya secando mejor. Quitar cuantas tapas y carcasas se puedan desmontar cómodamente y airear a ser posible bajo un ventilador para forzar la evaporación natural del líquido (sobre todo en verano y sitios con baja humedad de ambiente).
Podemos secar el equipo con un secador, pero mejor no usar un secador de aire muy caliente, y si lo es, no acercarse demasiado al equipo, o nos encontraremos con un puñado de teclas derretidas, lo que nos obligará a cambiar el teclado.
Dependiendo del líquido y del ambiente será más o menos preocupante el accidente. Si lo que se ha caído es agua, y estamos en un ambiente de humedad, podemos encontrarnos con que nos crece un musgo en la placa (si es que ha llegado a la misma), que puede producir un corto entre pistas, y el ordenador no arrancará hasta que no lo limpiemos correctamente. Si el líquido es viscoso, pegajoso, como la cerveza, podemos encontrarnos con el mismo problema.
Si la caída del líquido afecta sólo al teclado, es posible que haya que cambiar el teclado entero si a raiz del problema dejan de funcionar algunas teclas. Este es un problema muy común cuya solución pasa por la substitución del teclado.
En definitiva, lo ideal es no tomar líquidos cerca del portátil, pues nos arriesgamos a tener un problema gordo que puede hacernos gastar dinero. Sobre todo si el equipo tarda mucho en secarse y al final se dañan los conectores con la generación de sulfatos y óxidos.